lunes, 31 de julio de 2017

Audun Grimstad


Finalizo las entradas de julio con Audun Grimstad, un estupendo pintor e ilustrador noruego afincado en Nueva York que crea sus obras tanto con medios digitales como utilizando métodos tradicionales.

domingo, 30 de julio de 2017

Johan Stjernéus


Me despido con Johan Stjernéus, un fotógrafo que reparte su tiempo entre Suecia y Dinamarca. Inició su carrera como asistente de otros profesionales como Linus Morales y trabaja para clientes entre los que encontramos a Under Armour, Sony, J.Lindeberg, Babyliss, Top Model, THULE o Fjällräven.

Raw (2017)


Piltrafillas, también os presento hoy a Raw, película escrita y dirigida por la francesa Julia Ducournau que supone su debut en el largometraje –hace unos años ganó en Cannes un premio por un cortometraje– y viene precedida de una buena cantidad de críticas en las que aparecen expresiones como asco, náusea, desmayos en el patio de butacas y avisos al espectador, todas ellas –aunque no digo que no puedan corresponderse con la realidad– muy indicadas para hacerle una publicidad gratuita impagable. Una película de horror gore, un retrato del paso a la edad adulta o un film provocador de cuidada estética, todo ello es esta Raw, perturbadora e interesante. Protagonizada por Garance Marillier y Ella Rumpf, nos cuenta la llegada de Justine –una tímida joven que ha crecido en el seno de una familia vegana estricta– a la facultad de veterinaria de Saint-Exupéry. 


En la universidad, Justine descubrirá, lejos de la protección y el influjo familiar, un mundo nuevo de excesos, fiestas desmadradas, sexo y carne en compañía de su hermana Alexia, quien cursa sus estudios de segundo año en la misma facultad. Esos descubrimientos despertarán en Justine unos extraños y salvajes instintos que permanecían latentes en su interior y que la llevarán a comportarse de una forma cada vez más obsesiva. En fin, amiguitos, Raw es una inquietante propuesta con buenas interpretaciones, un acabado visual notable muy colorido, un uso de la cámara muy apropiado para aumentar la sensación de desasosiego en el espectador... y sangre. 

Como bonus, os acompaño el estupendo tema principal compuesto por el británico Jim Williams, que pone la guinda a la película.

Mikadoroido (1991)


Piltrafillas, estoy bastante acostumbrado a ver películas con argumentos raros, pero a veces descubro algún título que aún logra impactarme. Y en eso, lo cierto es que los japoneses tienen un talento especial. Hoy os presento Mikadoroido, también conocida como Mikadroid: Robokill beneath disco club Layla. Ahí es nada. Dirigida por los hermanos Satô y Tomo'o Haraguchi, el argumento cuenta como durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército japonés tenía un proyecto secreto que pretendía crear soldados sobrehumanos, los jinra-go, que utilizaba atletas olímpicos. En la primavera de 1945, se consiguió crear el Mikadroid, un ser mitad hombre y mitad máquina pero la llegada de los bombarderos norteamericanos provocaron la cancelación del proyecto. Sin ambargo, el científico responsable logró dejar escapar a dos de los sujetos del experimento y activar al jinra-go antes de morir. Pero las bombas aliadas arrasaron Tokyo poco después y borraron todo rastro del proyecto. 


Hasta ahora –el año en que se rodó la cinta, claro–, 45 años más tarde, cuando la capital nipona se ha desarrollado sobre las ruinas olvidadas de aquella época y la actividad de una discoteca juvenil de Shibuya reactiva los circuitos del Mikadroid, que descansaba oculto y dormido bajo los cimientos del club Layla. Total, amiguitos, que Mikadoroido es la típica cinta de acción de muy bajo presupuesto de principios de los 90 que podíamos alquilar en los videoclubs con Dolph Lundgren, Michael Dudikoff o similares como protagonistas, con el añadido de que se trata de una producción de la Toho Co. japonesa con un argumento patético y unas interpretaciones de pena. En resumen, una entretenida muestra de caspa oriental tan cutre como atractiva para frikis como nosotros.

Hans Jochem Bakker


Inauguro las entradas dominicales con el talento de Hans Jochem Bakker, un pintor autodidacta neerlandés del que os ofrezco una pequeña selección de su trabajo.