domingo, 18 de junio de 2017

Godzilla vs. Mechagodzilla (1974)


Y qué mejor película para cerrar esta especie de Nihonno nichiyôbi cinematográfico que una dedicada al monstruo más querido de la cinematografía japonesa, concretamente esta Gojira tai Mekagojira. Dirigida y escrita por Jun Fukuda, nos cuenta como unos ingenieros que trabajan en Okinawa descubren casualmente un acceso a lo que parece una cueva de la antigua civilización de la isla. La Universidad de Shuri no tarda en enviar a una investigadora, que se encuentra una imagen de King Shisa, un monstruo mítico local que protegía a los primigenios moradores de Okinawa de los invasores. Incapaz de desentrañar el secreto que esa pequeña estatuilla esconde y la razón por la que la ha encontrado en ese lugar, Saeko viaja hasta Tokyo para solicitar la ayuda del Doctor Wakura. Pero un desconocido que afirma ser periodista le sigue los pasos. Mientras, Godzilla aparece en escena saliendo del Monte Fuji provocando la destrucción a su paso y peleando con Angirasu, otro monstruo de la saga. Cuando otro Godzilla se presenta para plantarle cara lo entendemos todo, y es que el primero es un engendro mecánico, un Godzilla de titanio enviado por extraterrestres para dominar la Tierra. 


Entonces Saeko comprende las profecías que estaban escritas en las paredes de la cueva de Okinawa y el papel de King Shisa en todo ello. Ambos monstruos deberán unir sus fuerzas para acabar con la amenaza mecánica. Mientras tanto, el Mechagodzilla ha sufrido graves daños y los alienígenas secuestran al profesor Miyajima para que les ayude a repararlo. En fin, amiguitos, Gojira tai Mekagojira es otra más de las numerosas cintas con Godzilla como protagonista que la productora Toho estrenó, en este caso para conmemorar el vigésimo aniversario de la saga. Y si tenemos en cuenta la calidad media de los títulos precedentes y que corrían los años 70, la verdad es que el resultado fue de lo más notable. Por otra parte, resulta bastante entretenida, las interpretaciones no están mal y además de volver a contar con la presencia de Angirasu, la película supuso la presentación de King Caesar. Eso sí piltrafillas, si la de antes era simpática, esta es tan kitsch que provoca ternura. 

Imperdible la escena en la que la princesa Nami conjura a King Shisa cantando. Os adjunto la grabación para que podáis corear eso de “Shiiiiiisaaaaa, Shiiiiiisaaaaa”.

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