lunes, 30 de junio de 2014

Drew Young


Este lunes os presento a Drew Young, artista de Vancouver autor de unos estupendos óleos que aportan algo de alegría al siempre duro inicio de semana.

domingo, 29 de junio de 2014

Benjamín García


Despido la semana –y casi puede decirse que el mes- con la pintura de Benjamín García, joven pintor venezolano formado en la Escuela de Diseño de Caracas que tras crecer admirando a ilustradores como Moebius o Bill Sienkiewicz -¿quién no lo ha hecho?- y trabajar en animación, se pasó al óleo después de descubrir a Lucian Freud o Jenny Saville (comentados ya en este espacio, tanto el uno como la otra).

Be a Piltrafilla


Dead man down


Y mi segunda reseña se la quiero dedicar a Dead man down, última película del realizador danés Niels Arden Oplev –un tipo bregado en la televisón que también fue el responsable de Millennium 1, comentada aquí- que protagonizan Colin Farrell y Noomi Rapace, a quien Niels ya dirigió como Lisbeth Salander en sus adaptaciones de la trilogía de Larsson. Colaboran como secundarios de lujo F. Murray Abraham, Isabelle Huppert y Armand Assante. El argumento es el encuentro entre Beatrice, una mujer víctima de un accidente que la ha desfigurado, y Victor, uno de los hombres de la banda de Alphonse. Cuando las vidas de ambos se cruzan –son vecinos-, ella sabrá que él busca venganza por el asesinato de su mujer y su hija y le pedirá que la ayude a vengarse del culpable de sus heridas. 


Piltrafillas, ya os he dicho antes que hoy no estaba por la labor de escribir sesudos análisis por lo que no me extenderé demasiado. Dead man down tiene acción, a ratos... pero no es un thriller. Tiene violencia... pero también amor, o mejor dicho, la necesidad angustiosa de él. Por último, no es ni mucho menos una comedia, pero tiene pinceladas –apenas perceptibles- de humor. Y es que la cinta es muy nórdica. Porque dejando de lado los atisbos comentados de humor, violencia y acción, Dead man down es algo así como oscura, lenta, pausada, fría, inexpresiva y triste. Farrell está interesante –más que nada por sus silencios-, pero tiene esa mirada de perro apaleado que te da ganas de darle un sopapo para que reaccione. Vale que dedica su vida a vengarse y que la muerte de su familia le ha quitado la alegría, pero un poquito de garbo no estaría mal. Quien está genial es Rapace, en un personaje cargado de cicatrices, tanto físicas como psíquicas. En fin, que en general es más que aceptable, pero no os dejéis engañar por las pistolas y los disparos, de lo que trata esta película es de algo más profundo.

The monuments men


Piltrafillas, mi primera reseña del día se va a ir para The monuments men. Ahora bien, ya os aviso desde ahora que hoy no tengo demasiadas ganas de escribir. Así pues, seré breve. Dirigida, escrita y coproducida por George Clooney, la cinta se basa en un hecho real acontecido a finales de la II Guerra Mundial, cuando se reclutó a un grupo de historiadores y directores de museo –vamos, gente culta con poca experiencia pegando tiros- para localizar y recuperar las obras de arte robadas por el III Reich a lo largo de los años de ocupación y barbarie asesina. Italia, Países Bajos, Francia... os podéis imaginar la de obras de arte de incalculable valor que los gerifaltes del régimen habían atesorado durante todo ese tiempo, ya fuese para engrosar sus colecciones privadas o para formar parte de uno de los sueños de Hitler, construir el museo más importante del mundo. Nada, una de esos titánicos proyectos que se le ocurrían al pequeñajo y que tan bien sabía trasladar al papel el gris Albert Speer


Lo dicho, amiguitos, que cogiendo esta estupenda historia como punto de partida, George Clooney se dispuso a rodar -con un reparto de actores de reconocida solvencia protagonizando la producción, amiguetes vamos- una película que tenía muchos puntos para convertirse en todo un blockbuster. Y la verdad es que no sé cómo habrá funcionado The monuments men en los Estados Unidos o el resto del mundo, pero en mi opinión se ha quedado en una peliculilla simpática y ligeramente entretenida. Y es que a los ojos de un lego en la materia como el que os comenta, un vulgar amante del cine sin demasiados conocimientos técnicos sobre el particular –como ya os habréis dado cuenta sin duda los que seguís mis reseñas-, el argumento es fascinante, la película está bien rodada, ambientación y fotografía son excelentes y las interpretaciones creíbles. Entonces ¿qué ha fallado? Pues que falta energía, ritmo... fuerza. Llega un momento en el que aburre. La historia está ahí, los personajes también, pero parece que Clooney no sabe qué hacer con todo ello antes de poner el FIN, un fin que –por otra parte- resulta tendencioso, maniqueo y levemente antisoviético. En resumen, recomendable, amena, un divertimento más que aceptable, pero que ni se acerca a lo que –al menos yo- esperaba de Clooney & friends.

Sven Fennema


Le toca ahora a Sven Fennema, un joven artista alemán apasionado de la fotografía que pese a su corta carrera ya ha trabajado para diversas editoriales y ha publicado un libro con sus obras.