domingo, 25 de agosto de 2013

Iron Man 3


Piltrafillas, después de la entretenida primera entrega y de la –hasta cierto punto- decepcionante segunda parte de la saga, estaba cantado que tenía que hablaros tarde o temprano de su tercer episodio protagonizado nuevamente por Robert Downey Jr, Iron Man 3. En esta ocasión, el argumento nos cuenta como un villano al que conocemos como El Mandarín está realizando atentados por todo el país gracias a tecnología de los científicos de A.I.M. –o I.M.A. para los que crecimos en países de habla hispana-, poniendo en jaque al gobierno y al propio Iron Man, que es atacado en su propio hogar. La mansión de Stark así como el laboratorio son destruidos y su vida y la de Pepper Potts son puestas en serio peligro por lo que el científico deberá emprender un camino lleno de obstáculos para encontrar a los malos y desbaratar sus planes. Sin embargo, la tarea va a ser complicada de llevar a cabo porque su traje está destrozado. Así que Stark deberá sobreponerse a sus miedos y –ayudado por un crío llamado Harley- ponerse a trabajar para convertirse definitivamente en Iron Man, su alter ego, con independencia de la armadura que le protege. 


En resumen amiguitos, dos horas en las que podemos constatar que el acuerdo tripartito Paramount-Marvel-Audi of America sigue en vigor y en las que asistimos a momentos cómicos como cuando Stark arrastra su armadura bajo la nieve, Iron Patriot parafrasea a Charlton Heston o Harley le presta el reloj de Dora la Exploradora a esa especie de superhéroe con ansiedad al que debe ayudar. En fin, que Iron Man 3 es otra entretenida y espectacular entrega de la franquicia, con acción y efectos especiales... pero con un guión bastante básico. Con la de historias que pueden utilizarse sacándolas de las páginas de años y años de cómics Marvel y –en mi opinión- seguimos abusando de argumentos poco trabajados y simplones. Espero sinceramente que eso se arregle, porque basar la serie en el carisma de Robert Downey Jr –y ojo, que hay rumores que le apartan del papel en el futuro-, chistes visuales y explosiones comienza a ser arriesgado. O quizás no piltrafillas, a lo mejor resulta que el espectador medio es eso justamente lo que pide, un divertimento palomitero que le haga olvidar los problemas y le ponga una sonrisa estúpida en la cara cuando aparezcan los créditos finales. En resumen, disfrutadla sin complejos. 

Por cierto, que si todos sabemos lo que son las chicas Bond o las chicas Almodóvar, aquí tenemos a Rebecca Hall, un nuevo ejemplo de lo que es una chica Stark.


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