domingo, 4 de septiembre de 2011

L’ultimo treno della notte


La primera reseña cinematográfia de hoy se la dedico a L’ultimo treno della notte, una cinta italiana rodada en los años 70 por Aldo Lado que se engloba en el género conocido como rape and revenge. La película se inicia en una zona peatonal llena de gente que realiza sus compras de Navidad en los aledaños de lo que parece la plaza del Ayuntamiento de Munich, llena de puestos de venta de figuritas y elementos decorativos navideños y la primera escena de acción nos muestra a unos delincuentes golpeando a un Papa Noel mientras la banda sonora nos deleita –es un decir- con la voz meliflua de Demis Roussos. Amiguitos, ¡esto sí es gore del fuerte! La verdad es que en ese momento he tenido un instante de duda y he estado a punto de escoger otra película, porque ya me diréis si escuchar un tema que se titula A flower’s all you need cantado por el citado músico griego de origen egipcio es lo mejor para abordar la visión de una obra a la que las críticas califican de muestra de sadismo y depravación. Total, que como no tenía ganas de ponerme a pensar, he decidido proseguir con la peliculilla. Entonces he conocido a Margaret y Lisa, dos compañeras de instituto que se van a pasar las fiestas a Italia con la familia de esta última. Su padre es un importante cirujano y está inmerso en una crisis matrimonial porque sus esposa le recrimina que pasa horas y horas sola mientras el ocupa su tiempo encerrado en un quirófano. Más tarde, cuando los desalmados del principio le rajan el abrigo de pieles a una mujer de mediana edad en el exterior de la estación y se cuelan en el abarrotado tren en el que viajan las jóvenes para así poder escapar de la policía, uno ya imagina que esa casualidad no va a aportar nada bueno.


El tren parará en Innsbruck para efectuar un control de pasaportes y las chicas se cambiarán a otro que va directo a Verona para minimizar en lo posible su retraso. Como no podia ser de otra manera, ellas y los maleantes –que además de macarras también son drogadictos- acabarán en un compartimiento junto con una mujer que lleva consigo fotografías pornográficas y –mientras vemos como los padres de Lisa celebran la Nochebuena en casa con sus amigos y debaten sobre la violencia que impregna a la sociedad y se preguntan a quién cabe echar la culpa de ella-, las jovenes son atacadas y violadas en el tren por los gamberros, la mujer y un tipo que pasaba por allí. No os quiero contar mucho más, pero os diré que hay una muerta y que tanto la mujer como los dos degenerados acabarán por culpa de un guión caprichoso en casa del padre de Lisa. En fin piltrafillas, que L’ultimo treno della notte no es tan fuerte como algunos cuentan –a no ser que haya visto una copia masacrada por la censura o que me haya convertido en un degenerado al que las minucias no impresionan-, pero está bien rodada y consigue traspasarnos la angustia que las pobres muchachas sienten ante los actos de ese par de degenerados y la impresentable mujer que los arenga. No es de las mejores que he visto, pero se deja ver con facilidad. Eso sí, absolutamente todo lo que pasa en la cinta resulta de lo más inverosímil, vamos, que no se sostiene por ninguna parte.