domingo, 30 de noviembre de 2008

Porsche P356



Le toca el turno a otro automóvil, esta vez un Porsche. Pero no os voy a hablar del mítico 911 en sus múltiples versiones ni del reciente y exitoso Cayenne ni del trágicamente conocido modelo Spyder en el que perdió la vida un tal James Dean. Hoy, amiguitos, os voy a hablar del germen de todos ellos, el P356 y de la historia de la marca de Stuttgart.
Arranca el origen de este coche con Ferdinand Porsche, ingeniero austríaco que trabajaba en una una empresa del sector de la electricidad cuando a finales del siglo XIX pasó a la plantilla de la división automovilística de la firma Lohner. Con el nuevo siglo, Ferdinand pasa a Daimler, en donde desarrolla nuevos diseños que conduce él mismo logrando premios en varias competiciones. En los años 20 pasa a Mercedes-Benz, en donde logra el reconocimiento del sector y el mundo entero. En la década siguiente crea su propia firma de ingeniería y trabaja para Auto Union y –sobre todo- con Volkswagen, diseñando el célebre escarabajo y con quienes seguiría trabajando durante la segunda Guerra Mundial. Es a causa de ello que, finalizada la contienda, es encarcelado en Francia junto a su hijo –Ferry Porsche- y su yerno, trabajando para Renault.
Ferry se libra de la condena antes que su padre e intenta reflotar la compañía realizando prototipos para otras firmas y en 1948, lanza al mercado el P356, el primero puramente Porsche. Este vehículo –pues- es el del renacimiento de la marca, el que consiguió sacar a Ferdinand de prisión y el que volvió a colocar a la familia Porsche en el mundo del automovilismo. El inicio de la producción de ese roadster biplaza con motor Volkswagen fue artesanal, en el taller de la localidad austríaca de Gmund, y derivó hacia el definitivo modelo coupé con motor trasero. La necesidad de fabricar un cabriolet obliga a Porsche a aliarse con la firma suiza Beutler, y en el salón del automovil de Ginebra de 1949 apareció finalmente el precursor de una marca austrosuiza –las versiones coupé y cabriolet del Porsche 356- que acabó estableciéndose en Alemania. Os diré que Ferdinand fue contratado de nuevo por Volkswagen, recibiendo el pago de royalties por cada beetle vendido, algo que le hizo rico.

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