domingo, 24 de mayo de 2015

Mehyô


Mi primera reseña de hoy es para Mehyô, una cinta de mediados de los 80 dirigida por Kôyû Ohara y protagonizada por Kozue Tanaka. Su argumento nos cuenta como, después de graduarse en los Estados Unidos, la joven y bella Yuko regresa a su hogar en Japón. Cuando se dirige a la antigua casa familiar, descubre que su hermano se ha trasladado a una moderna mansión, mucho más grande y moderna, pero en la que incluso se ha conservado su habitación. Al llegar, se encuentra con que está teniendo lugar una lujosa fiesta organizada por su hermano Takuya, un excéntrico aunque reconocido pintor obsesionado con las mariposas –según la tradición, receptáculo de almas humanas–, que no duda en hacer que unos enmascarados violen a una de sus invitadas como parte del espectáculo, todo con la aquiescencia de Takako, su esposa. Mientras Yuko se está duchando, su hermano se entera de su llegada y corre a darle la bienvenida. No se nos escapa que entre ambos existe una reprimida relación incestuosa –razón por la que años atrás Yuko se trasladó a los Estados Unidos–, algo que Takako advertirá en seguida. A partir de ese instante, tendrá que ponerse manos a la obra para conservar su estatus de señora de la casa a cualquier precio mientras Yuko descubre el lado oscuro de su cuñada y sus turbios manejos. 


Piltrafillas, en esta Mehyô nos encontramos con un nuevo ejemplo de pinku eiga de alta calidad, como corresponde al tratarse de una producción de Nikkatsu corporation, lo que comportaba gozar de un holgado presupuesto. Y es que, pese a ser uno de los principales estudios de Japón y haberse dedicado al cine y la televisión en casi todos los géneros, en los 70 y 80 Nikkatsu adquirió renombre por volcarse en cintas softcore cuyo resultado eran películas con guiones cuidados, unas bonitas fotografía y ambientación, además de estupendas interpretaciones. Por todo ello, este notable drama de incesto, sufrimiento y amor no correspondido disfrazado de simple película erótica es más que recomendable para todos vosotros, piltrafillas seguidores de este blog.

No hay comentarios: