domingo, 29 de enero de 2012

Malibú Express


Y ahora piltrafillas, por segunda vez en la historia de este blog, os voy a hablar de una de esas cintas dirigidas por Andy Sidaris en los años 80, concretamente la titulada Malibú Express. En esta ocasión –quizás en una de las mejores películas de su filmografía-, la historia que nos cuenta el realizador de Chicago es la de un detective privado en horas bajas llamado Cody Abiliene, un donjuán que conduce un DeLorean rojo y ve la luz al final del túnel cuando le contratan para resolver el asesinato del marido de una condesa. Lo que ocurre es que el pobre Cody se verá envuelto en una trama de espionaje industrial, venta delictiva de computadoras norteamericanas a países comunistas, aristócratas travestidos, herederas adúlteras y chantajes sexuales que a punto estará de costarle la vida. Total amiguitos, una enorme excusa para mostrarnos a diversas playmates desnudas en escenas tan surreales como cuando un par de pibones en biquini entran en el yate del protagonista para invitarle a una fiesta y entonces le piden poderse duchar en su barco, algo a lo que Cody accede gustoso y el realizador –evidentemente- no tendrá reparos en mostrarnos.


Amiguitos, el bueno de Andy –ya desaparecido desgraciadamente- fue un realizador que comenzó su carrera en el mundo de la televisión deportiva y que se pasó al cine que algunos han definido como de serie triple B, esto es bullets, bombs and babes o lo que es lo mismo, balas, bombas y chicas. Su fórmula –con la que elaboró como churros un buen número de obras- consistía en juntar acción y pirotecnia con protagonistas ligeras de ropa sacadas muchas veces de las páginas de Playboy. El resultado fue una gran cantidad de películas como la que hoy os recomiendo en las que la acción y el erotismo soft –sin olvidar lo hilarantes que nos parecerán hoy en día algunas escenas- se juntan para hacernos pasar un buen rato palomitero o atiborrados de gintonics indicado para una tarde cualquiera de invierno.

1 comentario:

Lai dijo...

Esta a lo mejor... por aquello de las tetas y tal...